
Trastorno del Espectro del Autismo (TEA)
El TEA es real
El TEA es un trastorno con un origen neurobiológico que se caracteriza por la observación de deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, así como patrones repetitivos del comportamiento. El Trastorno del Espectro del Autismo no tiene asociado ningún rasgo diferenciador físico y solo se puede percibir en las competencias cognitivas de la persona y de su comportamiento.
En el Trastorno del Espectro del Autismo los estímulos pueden ser abrumadores
Algunos estímulos como luces brillantes y sonidos fuertes pueden desencadenar crisis sensoriales en personas con TEA. Sonidos, olores, luces, sabores o texturas… este tipo de estímulos pueden provocar una respuesta incontrolada por parte de la persona con dicho trastorno y se pueden manifestar como un interés inusual en aspectos sensoriales del entorno, fascinación por objetos brillantes, luces que giran o una indiferencia aparente al dolor o a determinadas temperaturas. Adaptarse a diferentes contextos puede suponerles grandes esfuerzos, ansiedad, malestar, etc.
Sus conductas pueden ser malinterpretadas
Algunos contextos sociales pueden ser interpretados por parte del paciente como inadecuados y responder de forma negativa o extraña. Las dificultades para comprender ciertos aspectos de las relaciones sociales pueden ser problemáticas para entender o expresar sus emociones de forma adecuado a la situación. Tener estas conductas pueden interpretarse de forma errónea como “malcrianza” por parte de los padres, pero son derivadas del propio trastorno, el cual, en función de la persona, puede mejorar siguiendo unas rutinas, y en otros casos ofreciéndoles las estrategias adecuadas.
«Las dificultades del trastorno del espectro autista no son causadas por falta de disciplina o firmeza.»